
La creatividad es posiblemente la mayor enemiga de un creativo. Aunque pueda sonar raro, desarrollar la creatividad y ser capaz de gestionarla genera mucha frustración. Por eso, los blubbers hemos querido hacer este post para que darle a la imaginación no sea un deporte de riesgo.
La creatividad, esa gran desconocida
La creatividad es la capacidad que tiene el ser humano de crear, inventar o desarrollar ideas. Así de fácil, tan sencillo. ¿Y por qué cuesta tanto encontrarla?
Porque la creatividad igual que viene, se va. No es un proceso mecánico, ni rutinario, simplemente llega, pero en ese momento hay que aprovechar y exprimirla al máximo.
La imaginación es una herramienta maravillosa para poder empezar a ser creativo.
Aunque haya una creencia de que ser creativo es un don, tenemos que decirte que se puede trabajar.
Cómo desarrollar la creatividad
No le pongas límite a tu mente
¿Es que acaso la creatividad tiene unos parámetros a los que ceñirse? Deja que tu mente vuele, cree e imagine todo lo que quiera. Es lo bueno de que sea exclusivamente nuestra, nadie puede entrar a ver qué pensamos y eso da mucha libertad para desarrollar ideas creativas.
Apunta todas las ideas que lleguen a tu cabeza
Suele pasar que en el peor momento del día aparece en tu cabeza la mejor idea para un proyecto. Esto puede ser un inconveniente si no estás acostumbrado a llevar una libreta o directamente el móvil para apuntarlas. Escribe todo, porque estas cosas suelen olvidarse y luego nos arrepentimos.
Crea un hábito diario
Aunque la creatividad sea espontánea, a veces tenemos que ofrecerle una ayudita. Para trabajar la creatividad necesitarás diseñar una rutina que se adapte a ti. Puedes guiarte de otras personas que hagan algo parecido, pero tienes que tener en cuenta que cada persona tiene unas necesidades distintas.
Encuentra la tuya y no te frustres si al principio te cuesta. Modifica esa rutina según tus necesidades o lo que más te apetezca en esos momentos.
No te exijas más de lo que no puedes dar
Si algo odia la creatividad es la exigencia y la presión. Si ves que por mucho que lo intentes de tu cabeza no sale nada más que humo, es hora de parar.
Encuentra lo que te apasione
No pongas límites a tu mente. En ocasiones nos obcecamos en que algo que se nos da bien tenemos que explotarlo al máximo y de repente, aparece otra cosa que nos gusta más que lo anterior y que, además, lo disfrutamos.
Nada nos alegraría más que este post te sirviera para empezar a crear. Si es así, comparte, ya sabes que compartir es vivir.