Hablar de voz y tono siempre son palabras mayores. Un bar de cuyo nombre no quiero acordarme cómo diría Cervantes, tenía como eslogan “especialidad en simpatía”. Lo más anecdótico de todo esto es que día tras día los más asiduos a ese lugar decían que la simpatía era como las palabras. Parecía que se la había llevado el viento.
Si lo llevamos a nuestro terreno esto es un fallo en el tono comunicacional de la empresa. ¿Es muy importante esto? Puede decirse que sí, rotundamente sí.
La voz de mi identidad corporativa
Nosotros tenemos la misma voz todo el rato, pero no usamos el mismo tono cuando estamos con nuestros amigos, con nuestra familia o cuando la cosa se pone seria.
La voz de una empresa forma parte de la identidad corporativa y en consecuencia de la imagen corporativa que se genera.
Estamos hablando aquí de la personalidad que tiene mi empresa, los valores que quiero transmitir y que la hace única. Para conectar con la gente, es importante que sea humana y ante todo, coherente. Así que, las publicaciones, la gestión de las redes, los artículos o incluso la publicidad externa debe ir en consonancia con ella.
Es muy importante no confundir la voz de la empresa con la suma de voces de quienes forman parte de la empresa, que nunca serán las mismas (además, también hay gente que canta mal y no pasa nada). La voz determina la misión-visión, valores y objetivos particulares y generales. Es decir, muestran la identidad de la empresa, que nada tiene que ver con la personalidad de los integrantes.
Modular el tono no implicar cambiar la voz
El tono de mi identidad corporativa
Hemos hecho esta separación para que todo quede tan claro que nos dé para contárselo a nuestro padre en el té de las cinco, pero voz y tono se engloban en un todo.
El tono aporta el aspecto emocional al discurso y varía en función de la audiencia y el contexto. La voz de una marca de tiendas de productos electrónicos puede estar determinada, pero luego tiene que llegar a generaciones distintas. ¿A todas las personas se les puede influir con el mismo mensaje?
Solo tienes que fijarte, cuando viajas en transporte público, que un jovenzuelo coge el móvil como si fuese ya una parte de su cuerpo y alguien que peina canas lo tiene en la mano como si fuese un ente extraño con el que tiene que lidiar.
Parece un ejemplo rebuscado, pero es que la forma en la que cada persona o contexto facilita la llegada del mensaje final es distinta.
Por ello es importante determinar qué tono emplear según el mensaje y el público objetivo. Eso sí, modular el tono no implicar cambiar la voz. Esta es la que te identifica por lo que eres, luego ya la adaptas a un tono adecuado para empezar a generar compromiso con tu marca.
Practiquemos…
Vas por la calle y encuentras dos tiendas de bolsas de tela artesanales. En una, el cartel de la puerta pone “bolsas artesanales de tela” y en la otra “bolsas de tela, hechas a mano con el único fin de ayudar a que nuestro planeta siga disfrutando de buena salud”.
¿En cual de las dos entrarías? Seguramente en la segunda, básicamente porque has sucumbido a su tono de voz.
Otra práctica la has tenido delante de tus ojos durante la lectura de este post. ¿Cuándo te han explicado unos conceptos con tanto salero? ¿Será que tiene algo que ver la voz y el tono del sitio que estás visitando ahora mismo?