El otro día estaba en el supermercado, simplemente paseando sin buscar nada en concreto y, de repente, me imprimió la necesidad de comprar un preparado de té verde. No me gusta el té verde, es más, no me gusta el té y ese té estaba especialmente malo. Pero entonces, ¿por qué lo compré? Sencillo. Me quedé prendada del packaging.
Era una botella metalizada con un tono verde, flores verdes dibujadas por toda la etiqueta y una forma curiosa. Únicamente eso me hizo pensar por un momento que me apetecía té verde. El momento suficiente para generar una decisión de compra positiva y llevarme a mi casa un producto.
Por supuesto, aunque es un ejemplo real, es ciertamente exagerado. Vosotros no sois tan manipulables. ¿Verdad?
El packaging, envase, continente o embalaje
Para partir de un mismo punto de análisis, denominamos packaging al embalaje o recipiente que contiene uno o varios productos. El packaging puede ser desde el papel dorado que envuelve un Ferrero Rocher a una caja de zapatos de Nike.
En un principio el packaging tenía el único objetivo de contener el producto o agrupar unidades de un producto pensando en su manipulación, transporte y almacenaje.
Pero ya no es tal cosa. Ahora es mucho más. Es un canal de comunicación y es una herramienta de venta y de imagen de marca. Además, permite libertad y creatividad en sus diseños siempre que la empresa se lo pueda permitir económicamente. Puede llegar a ser un reclamo muy peculiar si se sabe cómo tratarlo.
El packaging como parte de la experiencia de compra
El envoltorio de un producto ya no es una mera forma de contenerlo. Ya se puede afirmar que es un elemento más de la experiencia de compra.
Para las empresas on line que envían sus productos, es una forma de diferenciación y de ganarse una imagen de marca que es más difícil de construir desde el mercado virtual que desde el físico.
Es curioso, incluso llegamos a saber cómo son los packaging de productos que no hemos comprado, gracias a que nuestros compañeros los reciben en el trabajo o vemos en nuestras redes sociales como los influencer de moda hacen un unboxing del último producto que han adquirido. El unboxing o desempaquetado del producto pasa a convertirse en toda una ceremonia en la que se muestra al detalle todos los elementos que contiene y cómo vienen embalados.
Las tendencias en el packaging
Como consecuencia de la concienciación del problema que resulta del uso de plásticos para el medio ambiente, hay una tendencia del uso de materiales reutilizables en el mundo del packaging. Vemos como el kraft cobra auge en los empaquetados, bolsas y cajas.
El designing packaging o packaging de diseño pasa a ser parte de la imagen de marca y se cuida al detalle, apostando por la originalidad para dotar al producto de un valor diferencial. Las formas de los envases están cambiando. ¿Quién dice que una botella tenga que ser vertical? Los ejemplos que hemos seleccionado son claros reflejos de esta tendencia.
Las etiquetas que van pegadas a los productos también forman parte de su packaging y vemos que en estas también hay una tendencia en sus tipografías y en hacerlas más atractivas y llamativas. Colores, ilustraciones y adiós a las tipografías típicas. ¡Queremos llamar la atención!